Efectivamente,
el fumar en cachimbas,
shisas o pipas
de agua se está convirtiendo en algo muy usual entre los jóvenes (y
los que no lo son tanto). Como está tan a la
mano y no tiene restricciones como las que pueda tener el fumar
tabaco, parece
que es más un acto social que otra cosa.
Sin
embargo en los últimos meses se han publicado diferentes estudios
que demuestran que:
- Una sesión de duración media fumando con estos dispositivos equivale a inhalar 200 veces el humo de un cigarrillo.
- El humo de los “tabacos” utilizados presenta niveles elevados de monóxido de carbono, metales pesados e incluso otras sustancias cancerígenas.
- El carbón, madera, papel de aluminio y demás accesorios utilizados en el ritual fumatorio aportan sus propias sustancias tóxicas al ser quemados (que también se inhalan, lógicamente).
- Afecta a la función pulmonar del mismo modo que lo hace el fumar cigarrillos, pudiendo derivar en enfermedades como la EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica), por citar alguna.
- Una sola sesión aumenta la frecuencia cardiaca en 16 latidos por minuto, así como la presión arterial.
- Y no dejemos de hablar del riesgo de contagio de enfermedades infecciosas por el hecho de compartir la boquilla del dispositivo.
Los
datos ofrecidos por el último Eurobarómetro muestran un claro
ascenso del consumo de estos productos, sobre todo entre los más
jóvenes, que, aunque al principio pueden verlo efectivamente como un
acto social, puede convertirse en la vía de entrada al hábito
tabáquico y la dependencia al mismo.
Por
estas razones tengamos claro que no es oro todo lo que reluce. Es
fundamental estar informados correctamente sobre lo que entra por
nuestro cuerpo y en función de eso, decidir si queremos dejarlo
entrar.
Lo
más sano : Vive una vida LIBRE DE HUMOS !!
Fuente: Ricofse
No hay comentarios:
Publicar un comentario