Los hongos son
una infección en los espacios de los dedos de la planta del pie, y es también
conocida como el pie de atleta. Se producen en un ambiente húmedo y cálido y
los factores que favorecen su aparición son el calzado cerrado, las duchas y las
piscinas. Por eso en verano suelen darse con más frecuencia.
Cuando
aparecen, se produce enrojecimiento, picor, sensación de quemazón, grietas o
descamación entre los dedos de los pies, ampollitas o pequeñas escamas en la planta
del pie y mal olor.
En el caso
de que aparezcan en las uñas, éstas pueden ser frágiles, decoloradas,
blanquecinas o amarillentas, engrosadas, levantadas y rotas.
Son fáciles
de diagnosticar incluso a simple vista y para tratarlos es imprescindible:
·
Una buena higiene, con agua y jabón y secar
bien.
·
Cambiar frecuentemente de calcetines o calzado,
para mantener seco el pie.
·
Puede ser necesario el tratamiento con un
antifúngico o antimicótico, en forma de polvos o cremas o bien por vía oral.
Los hongos
son muy contagiosos y se transmiten con facilidad de persona a persona o en
contacto con animales (perros, gatos o conejos).
Para
prevenirlos debemos:
·
Llevar una buena higiene. Mantener los pies
limpios y secos, secando bien entre los dedos.
·
Ducharse después de practicar deporte y usar
chanclas en vestuarios, duchas públicas y piscinas.
·
Cambiarse los calcetines con frecuencia, al
menos una vez al día.
·
No compartir utensilios para el corte de las
uñas de las manos y los pies.
·
Lavarse las manos a menudo, sobre todo después
de tocar animales.
·
Utilizar talcos antimicóticos o de secado para
prevenir el pie de atleta si la persona es susceptible a su aparición.
·
Usar zapatos bien ventilados y de materiales
naturales como el cuero, sobre todo en verano.
Autor:
Equipo Farmacia La Plazuela
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